La Aldea.

Julio 2014. Residencia Artística con La Asociación Imágenes y Palabras.

Valle Colorado.

Enero 2015. Talleres de creación artística en el medio rural en colaboración con la Asociación SubiendoalSur.

“El arte aplicado a la mejora social no es por ello menos arte. Muchas veces es el arte más auténtico, porque renuncia a las recompensas del mercado cultural y asume sólo su capacidad transformadora dentro del grupo, eje en muchos casos del arte más necesario, pues aboca lo esencial de la existencia, a la vida y su devenir”.

(Fernández Cao, 2011, p. 124)

En dos ocasiones distintas, La Aldea del Portillo de Busto (España) y en Valle Colorado (Argentina), tuvimos la oportunidad de colaborar con dos Asociaciones que centran su trabajo en el medio rural. Éste contexto ligado a sus condiciones, a veces extremas, supuso una inmersión directa al campo de trabajo. Con ilusión y confianza en el poder del arte como herramienta capaz de forjar vínculos emprendimos un viaje hasta algunos de los pueblos más recónditos de España y Argentina.

Nuestro objetivo como colectivo, como artistas-educadoras, fue acercar algunas estrategias del arte contemporáneo a la comunidad rural y, de manera recíproca, aprehender los saberes y conocimientos que las personas nos transmitían. El interés de este acercamiento a los pueblos parte de la creencia de que en el campo, en los pueblos y en la vida en comunidad nacen alternativas concretas y posibles para encontrar nuevos modelos de desarrollo. En el medio rural se pueden encontrar instrumentos para desarrollar procesos creativos y hallar una nueva conciencia reflexionando sobre la esencia misma de la producción artística. En las sociedades rurales se desarrolla un arte que nace de una necesidad de manifestarse de forma más libre y espontánea que el que surge en una sociedad urbana globalizada que insiste en crear obras-productos dirigidos a circuitos cerrados. Por ello, uno de nuestros principales propósitos era fomentar espacios de encuentro y actividades culturales fundamentadas en la creación colectiva y el trabajo en red para estimular la participación social y el crecimiento de la comunidad rural.

¿Qué es Imágenes y Palabras?

La Asociación Imágenes y Palabras tiene su sede en la pequeña Aldea del Portillo de Busto en la Provincia de Burgos (España). Esta Asociación Cultural cuenta con una Galería de Arte Interior, una exposición de arte al Aire Libre, un taller de creación y un Albergue, todo ello en un ambiente rural y natural privilegiado, como es la zona del Parque Natural de los Montes Obarenes-San Zadornil.

La Asociación Cultural es un proyecto de Arte y Cultura llevado a cabo actualmente por Dorien Jongsma, que desde sus inicios ha contado con el apoyo de más de 100 voluntarios que le han ayudado a complementar las construcciones y estancias que dan vida a este interesante proyecto de arte en el medio rural.

¿Qué hicimos allí?

Dos de las integrantes del Colectivo La Rueda Invertida, Sara R. y Agustina, pudieron formar parte de la asociación, ayudando y colaborando con el proyecto durante el mes de Julio de 2014, gracias a un convenio firmado con la Universidad Complutense de Madrid. En esta estancia pudieron conocer de cerca la Asociación, disfrutar de un taller de arte, colaborar en las tareas de restauración de las obras de arte al aire libre y del entorno en el que se encuentran, realizar obra colectivas e individuales, participar de los talleres y actividades propuestas por la asociación, crear las actividades para el Campamento de Azafea en el día de visita a la Aldea y  realizar una audioguía interactiva para los visitantes.

¿Qué es SubiendoalSur?

La Asociación Subiendo Al Sur (Madrid-Argentina, 2009) se presenta como un complemento a la educación normativa, tanto para los jóvenes participantes como para los habitantes de los pueblos visitados. Esta asociación aúna educación, travesía e interacción con los habitantes de los pueblos. El proyecto educativo Subiendo Al Sur propone la educación como un lugar de creación, de debate horizontal para formar personas reflexivas y autocríticas, capaz de fomentar la curiosidad tanto hacia otras culturas como hacia la propia. Pretende ser una herramienta para estimular la educación inclusiva, participativa, crítica y dinámica. Se parte de la experiencia como herramienta para un aprendizaje eficaz, proponen la travesía como plataforma de aprendizaje, como un espacio de convivencia e intercambio, de expresiones culturales y de diálogo entre los jóvenes y los pobladores de distintas zonas rurales.

¿Qué hicimos allí?

Una vez más, dos de nuestras ruedas, Sara R. y Agustina, viajaron al norte de Argentina, hasta la provincia de Jujuy para visitar comunidades originarias y recorrer sus caminos a pie. Este recorrido tuvo una temporalidad de un mes, tomó el nombre de travesía andina y su coordinación estuvo a cargo de la Asociación SubiendoalSur, con la que, previamente, se había establecido un vínculo en Madrid.

Durante el mes por los cerros andinos tuvimos la oportunidad de conocer otra cultura, otro medio rural, con sus respectivas formas de vida y costumbres. Participamos en la vida cultural de cada pueblito y aprendimos tanto de los ancianos como de los más pequeños, entre un largo etcétera de experiencias vividas nos gusta recordar: los recitales de coplas nocturnas, las visitas a los talleres de los artesanos/as, los bordados en los rebozos de las mujeres, la elaboración y degustación de las comidas típicas, los bailes, instrumentos y música tradicional andina y la colaboración en las fincas y en las escuelas. Además de ésto, nosotras llevamos algunas dinámicas de creación artística colectiva para realizar con la comunidad y con los compañeros de la Asociación. Algunas de las actividades proponían relacionar a las personas dentro de un fín común con la intención de detectar y resolver, desde la disciplina artística, las necesidades o problemáticas que estaban presentes. Se trató, principalmente, de un proceso de generador de diálogos, que enriqueció la organización del trabajo y del equipo, y fomentó el intercambio, tanto de conocimientos como de ayudas o materiales.

A partir de estos encuentros en el medio rural o, mejor dicho, gracias a éstas experiencias rurales, pudimos vivir, en primera persona, las características específicas de un medio que parece aislado pero que cada vez es más permeable. Fruto de esta hibridación, hemos podido llegar hasta allí, sembrando nuestra pequeña semilla y cosechando aprendizajes significativos que hemos traído hasta aquí, nuevamente.

Por otro lado, hay que entender que el papel del arte contemporáneo en las sociedades, ya sea rural o urbana, es necesario para poner en marcha actividades que dinamicen la vida cultural de las personas. Las prácticas relacionales que tienen lugar en el arte contemporáneo son fundamentales en un contexto donde las relaciones sociales tienen tanto carácter. Espacios de encuentro que pongan en contacto a la gente para compartir e intercambiar intereses son unos de los requerimientos principales para que una sociedad funcione como tal. Empoderar a las personas en la participación de proyectos creativos en red basados en la cooperación, fortalecen los vínculos y ayuda al crecimiento de la comunidad, implica dar expresión, valores, organización, procesos y logros a las personas. Por esta misma razón es necesario fomentar  espacios para el encuentro, tan escasos y necesarios en el contexto rural y tan abundantes en la sociedad urbanizada.

Cuando se acerca el arte a las personas se derriban las fronteras que separan a las sociedades por culpa de los estereotipos creados. Al expandir el campo del arte hacia la experimentación y las experiencias se propone un arte para todas las personas y no un arte anclado en los cimientos de la elite cerrado a un grupo de personas. La realidad en los pueblos es que se cuenta con un nivel cultural básico, marcado por la tradición y las festividades regionales. En los pueblos el imaginario que se tiene del arte está muy alejado a la concepción de arte y artista que nuestro colectivo defiende en sus acciones. La mayoría de la población rural es de edad adulta y anciana, por lo que es complicado acceder a ellos sin que lo perciban como una amenaza a las costumbres, o como un forastero al que viene de fuera. La costumbre se convierte en un circuito cerrado que no deja que penetren nuevas formas de hacer, de pensar, o de crear.

Como conclusión podemos decir que, la cuestión reside en encontrar el camino medio, llegar a la población sin invadir ni imponer, e intentar proponer, desde las disciplinas contemporáneas, soluciones a las problemáticas y necesidades que afectan a este contexto.